miércoles, 21 de octubre de 2015

Los miedos en los niños de 7 a 11 años


 

 

 


“Miedo” personaje de la película de “Inside out”. Imagen extraida de “Disney Wiki”, http://es.disney.wikia.com/wiki/Archivo:Miedo_InsideOut.png

Clase de 4º de primaria en la que se están  trabajando las definiciones, la profesora propone la definición de la palabra “valiente” y todos se apresuran a responder: “valiente es la persona que no tiene miedo” a lo que la profesora corrige:  “ No, no es así. Valiente es la persona que aun teniendo miedo es capaz de afrontarlo”.

El miedo


El miedo es considerado una emoción básica o primaria, junto la ira, el asco, la alegría y la tristeza, tal y como nos mostraba  la película “Inside Out” (Del revés) (de ahí el escoger la imagen del personaje del miedo para ilustrar el presente artículo)

Todas las emociones son básicas e importantes para el correcto desarrollo psicoemocional de cada uno de nosotros, sólo aprendiendo a gestionar todas y cada una de nuestras emociones seremos capaces de gozar de relaciones sociales de calidad.

El miedo es la emoción más estudiada en los animales y en el  hombre, y tiene un valor de supervivencia obvio en sus orígenes que ha evolucionado para producir respuestas adaptativas, soluciones conductuales al problema de la supervivencia, cómo detectar el problema y cómo responder al mismo.

 

El miedo en las diferentes etapas del desarrollo

El miedo es una emoción que se desarrolla a lo largo de la vida, variando las causas que lo originan y adoptando diferentes formas en función de la etapa evolutiva en la que se encuentre la persona. Es por este motivo, que se habla de “miedos evolutivos”.

En este sentido, y dependiendo la edad del niño el miedo desarrollado será de diferente tipología:

·         Durante el primer año son más frecuentes los miedos relacionados con estímulos intensos o desconocidos, como ruidos fuertes y personas extrañas.

·         Hasta los seis años los relacionados con animales, tormentas, oscuridad, seres fantásticos como brujas o fantasmas, catástrofes y separación de los padres.

·         A partir de los seis años aparece el miedo al daño físico, al ridículo y, algo más tarde, a las enfermedades y accidentes, al  bajo rendimiento escolar y a las desaveniencias entre los padres.

·         El niño de 7 y 8 años sigue teniendo miedo a la oscuridad, a los animales y a los seres sobrenaturales, y añade su temor a hacer el ridículo por la ausencia de habilidades escolares, sociales o deportivas.

·         De 9 a 12 años disminuye su miedo a la oscuridad y a los seres imaginarios, pero ahora son especialmente sensibles al colegio (exámenes, suspensos), a la aceptación social (integración en el grupo, aspecto físico), a la soledad, a la enfermedad y a la muerte.

·         De los 12 a los 18 años predominan los miedos que tienen que ver con las relaciones interpersonales y la pérdida de la autoestima (Echeburúa, 1993; Méndez, Inglés e Hidalgo, 2002).

·         En general, los miedos físicos (animales, tormentas, daño, etc.,) disminuyen, mientras que se acentúan los miedos sociales (ridículo, rechazo, hablar en público, etc.) (Graziano, DeGeovanni y García, 1979).

Estos miedos suelen ser transitorios y de corta duración y son frecuentes en niños de las edades comentadas.   

Con la edad estos miedos suelen disminuir, aunque en la etapa de los 9 a 10 años hay una tendencia a aumentar el número de miedos.    Además, algunos resultados apuntan a un rebrote de los miedos entre los 11-13 años, para descender posteriormente a partir de los 14-15 (Dong et al., 1994; Miller, Barret y Hampe, 1974).

¿Por qué existe la tendencia a aumentar  los miedos a la edad de 9 años?

La respuesta a esta pregunta nos la da  el desarrollo cognitivo, puesto que con esa edad aparece el pensamiento lógico. El niño toma consciencia de los peligros que lo rodean y se da  cuenta de que sus temores son cada vez más realistas.

En estas edades (9-10 años) se están produciendo  cambios a nivel neurológico y esto provoca en su interior sentimientos y tensiones, a veces en grados fuertes. Tienden a culpabilizarse en gran medida. Esto se plasma en sus miedos que suelen aflorar durante la noche, a veces a modo de sueños, ya que es en los sueños donde reflejan lo que durante el día puede haberle perturbado. Su vida emocional es compleja y con bruscos cambios. 

En esta fase, dada su enorme emotividad, los conflictos entre compañeros e incluso la actitud del propio maestro pueden derivar en profundas crisis, es por ello que es importante el acompañamiento de los padres, maestros, educadores… para superar los miedos propios de esta etapa para que vayan disminuyendo con el tiempo.

Cómo ayudarlos a  afrontar el miedo

Es importante que seamos conscientes de que por muy absurdos que nos parezcan  sus miedos y los motivos que los originan debemos validar sus sentimientos y evitar frases del estilo: ¡eso no es nada! ¡Es una tontería! o ridiculizarlos por sentir miedo. Es importante que entiendan  que las emociones negativas son  reales, y  todo el mundo las siente en algún momento de su vida.

A continuación detallo una serie de pasos que puede ayudar a superar esos miedos a nuestros pequeños, espero os sirvan de ayuda:

1.       Habla con el niño acerca de sus temores. Escucha cómo se siente y valida sus sentimientos. Es importante que sepa que sentir temor es algo natural. Asegura al niño que es normal sentir miedo, que tú también lo sentías con su edad y explícale que hacías para superarlos. Ayúdale a gestionar sus sentimientos, hazle preguntas para alejarlo del camino negativo y a seguir por la ruta del optimismo. La validación de sus sentimientos es la forma más segura de crear una sana autoestima.

2.       Hacer una lista de las situaciones temidas y puntuar del 1 al 10 en función de la intensidad de miedo.

3.       Empezar por la situación que menos malestar le produce.  Acompaña al niño y encontrar herramientas para que afronte sus miedos. (Por ejemplo, con el miedo a los monstruos podéis buscar en los armarios y bajo las camas para que vea que allí no hay ningún monstruo.)

4.       Si busca tu apoyo dáselo, incluso permítele que  retroceda un poco y se muestre más dependiente hasta que sea capaz de vencer sus miedos. No temas que no se volverá dependiente permanentemente.

5.       En situaciones que veas que se ha mostrado sin miedo y que sus temores no le han bloqueado refuérzalo por su valentía.  Llenando sus miedos de amor y reforzándolo encontrará las herramientas adecuadas para gestionarlo.

A medida que vaya superando sus miedos (que será a un ritmo lento) házselo saber. Y cuando vaya apareciendo nuevos temores recuérdale como fue capaz de superar los antiguos temores. Así le habremos enseñado como vencer los miedos que vayan surgiendo en su vida.

Si los miedos persisten en el tiempo, causan malestar al niño o impiden su desarrollo normal podría necesitar ayuda profesional.

 

Bibliografia

·         “Los miedos en la infancia y en la adoloescencia, un estudio descriptivo” F. Xavier Méndez,  Cándido J. Inglés,  Mª Dolores Hidalgo,  José M. García-Fernández y  Mª José Quiles. Revista electrónica de motivación y emoción. ISSN: 1138-493X. Depósito legal: M-44928-1997. Volumen 6 numero 13.

 

·         Diferencias según la edad en la prevalencia e intensidad de los miedos durante la infancia y la adolescencia: Datos basados en el FSSC-R” Rosa M. Valiente, Bonifacio Sandín, Paloma Chorot y Aurora Tabar. Universidad Nacional de Educación a Distancia. ISSN 0214 - 9915 Psicothema 2003. Vol. 15, nº 3, pp. 414-419

“Este post está dedicado a mi hijo, asi como a un amiguito suyo y a su madre que me han inspirado para escribirlo” (ella sabe perfectamente de quien hablo) 

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