Conecta con tu hijo


 

¿Por qué nos empeñamos en presionar a nuestros hijos desde bien pequeños? ¿Qué nos mueve a pretender que empiecen a leer cuanto antes, que aprendan inglés, que adquieran hábitos desde muy temprana edad, que hagan exámenes desde primero de primaria, qué estén en una silla sentados portándose bien, qué no se peleen, qué sepan tocar un instrumento, qué hagan teatro…? Y un largo etcétera…. Por no hablar de las típicas preocupaciones por la comida (es que no me come nada)… o el empeño en sacarles el pañal a determinada edad, a que duerman solos, etc, etc…

 

RELAX MAMIS Y PAPIS, RELAX….

 

Ni somos supermamis (o superpapis), ni nuestros hijos necesitan todo eso para ser felices. ¿Qué tal si probamos a relajarnos y a CONECTAR CON NUESTROS HIJOS, o mejor aún “con nuestro niño interior”?

 

Os planteo el siguiente ejercicio: cerrar los ojos y visualizar vuestra tarde perfecta en familia, con juegos, risas, con conversaciones agradables… ¡Pues bien! Esa imagen ideal en la que disfrutais los unos de los otros en familia es lo que realmente cuenta, lo que todos y cada uno de vosotros os vais a llevar y lo que vais a recordar el resto de vuestros días. Sólo se vive una vez, sólo se tienen hijos pequeños una vez, porque luego crecen y se independizan, es ley de vida.

Cuando tengáis 60 años y vuestros hijos ya superen los 20, ¿qué es lo que queréis recordar? O ¿Qué es lo que queréis que recuerden ellos de sus infancias? Pues yo lo tengo muy claro, lo que yo pretendo recordar y que ellos recuerden es esa tarde de juegos, de risas, de conversaciones, mis hijos y yo sentados en el sofá uno al lado del otro (aunque sea sin decirnos nada), las palabras dulces, los abrazos, los besos, las caricias, la complicidad… ¡Si es que todo es mucho más fácil de lo que nos pensamos! Lo complicamos los adultos. Dejaros llevar por vuestro niño/niña interior, hacer locuras con ellos, divertiros, reíros, reíros y reíros, no tendréis muchas más oportunidades de liberaros y ser niños otra vez…

Las broncas porque no se han portado bien, los castigos por no haber hecho los deberes, los gritos porque en el supermercado no se han portado cómo es debido, eso para mi es secundario Con esto no quiero decir que se le deje hacer lo que le dé la gana, sino que seamos comprensivos e intentemos conectar con ellos antes de descargar nuestra ira y nuestros malos días en el trabajo sobre ellos. Que si un día come menos, pues ya cenará más, que si un día está más nervioso y en el supermercado te la ha liado, pues observa a ver, conecta con él, ¿Y si no te has parado a pensar que lleva todo el día en el cole y que está cansado? Y que lo único que quiere es jugar en casa un rato o en el parque para descargar toda la energía acumulada de las horas sentados en un pupitre. O quizás ha discutido con su mejor amigo, o simplemente no le apetece estar en un supermercado, cosa muy habitual en los niños… Si esta situación tan común en el día a día la solventamos con un grito y una bronca, lo que hacemos es alejarnos de él, desconectarnos. En cambio si lo validamos, si le decimos que lo entendemos, que sabemos que está cansado pero que mama (o papa) han de comprar una cosa para la cena, probablemente el resultado no será el mismo, aquí nos acercamos a él, conectamos con sus sentimientos, lo validamos y fomentamos el vínculo madre/hijo (padre/hijo).

 

Si nuestro hijo no aprende inglés en una academia con 8 años, pués ya lo hará más adelante, además ya lo hacen en el cole antes de que lo hicierámos nosotros, quizás vale la pena valorar y priorizar: ¿qué es lo más importante para la familia y para el bienestar de nuestros pequeños? Y que quede claro que estas líneas no las escribe una madre perfecta, sino una que ha cometido muchos errores de los que he ido aprendiendo… De hecho lo dice una madre de dos hijos (7 y 9 años) a los que en este curso escolar apunté a una academia de inglés. No obstante, hoy me hago la siguiente reflexión ¿me vale la pena llevar a mi hijo a la academia enfadado porque prefiere quedarse con sus amigos en el parque? ¿es realmente tan importante que aprenda inglés ya? ¿Qué quiero conseguir llevándolo a la academia? ¿puedo enseñarle inglés de otra forma más lúdica? ¿Qué opciones tengo? Y en función de esto valorar si vale o no la pena… En mi caso la respuesta es no, no me vale la pena, prefiero ahorrarme la discursión previa de camino a la academia y barajar otras opciones para que aprenda inglés. Y ¿en tu caso? Quizás la respuesta es que si te vale la pena llevarlo a esa academia… Sea lo que sea que hagas, que sea desde la conexión con vuestros hijos y el respeto hacia ellos.  

 

¿Y COMO CONECTAMOS CON ELLOS? Pues no tiene gran misterio sólo mírale a los ojos y sigue tu instinto, no hay más. Estoy segura de que cuando les gritas después sientes una presión en el pecho, no te sientes bien. Quizás tu cuerpo te esté diciendo que eso que has hecho no va contigo, que podrías haberlo solucionado de otra manera, y estoy convencida de ello. Obsérvalos a ellos y obsérvate a ti misma/o cómo te sientes y actúa en consecuencia…

 

 SIGUE TU INSTINTO Y SOBRETODO CONECTA CON TUS HIJOS

 

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