
“Miedo” personaje de la
película de “Inside out”. Imagen extraida de “Disney Wiki”, http://es.disney.wikia.com/wiki/Archivo:Miedo_InsideOut.png
Clase de 4º de
primaria en la que se están trabajando
las definiciones, la profesora propone la definición de la palabra “valiente” y todos se apresuran a
responder: “valiente es la persona que no tiene miedo” a lo que la profesora
corrige: “ No, no es así. Valiente es la persona que aun teniendo miedo es capaz
de afrontarlo”.
El miedo
El miedo es considerado una
emoción básica o primaria, junto la ira, el asco, la alegría y la tristeza, tal
y como nos mostraba la película “Inside
Out” (Del revés) (de ahí el escoger la imagen del personaje del miedo para
ilustrar el presente artículo)
Todas las emociones son básicas e
importantes para el correcto desarrollo psicoemocional de cada uno de nosotros,
sólo aprendiendo a gestionar todas y cada una de nuestras emociones seremos
capaces de gozar de relaciones sociales de calidad.
El miedo es la emoción más
estudiada en los animales y en el
hombre, y tiene un valor de supervivencia obvio en sus orígenes que ha
evolucionado para producir respuestas adaptativas, soluciones conductuales al
problema de la supervivencia, cómo detectar el problema y cómo responder al
mismo.
El miedo en las diferentes etapas del desarrollo
El miedo es una emoción que se
desarrolla a lo largo de la vida, variando las causas que lo originan y adoptando
diferentes formas en función de la etapa evolutiva en la que se encuentre la
persona. Es por este motivo, que se habla de “miedos evolutivos”.
En este sentido, y dependiendo la
edad del niño el miedo desarrollado será de diferente tipología:
·
Durante el primer año son más frecuentes los
miedos relacionados con estímulos intensos o desconocidos, como ruidos fuertes
y personas extrañas.
·
Hasta los seis años los relacionados con
animales, tormentas, oscuridad, seres fantásticos como brujas o fantasmas,
catástrofes y separación de los padres.
·
A partir de los seis años aparece el miedo al
daño físico, al ridículo y, algo más tarde, a las enfermedades y accidentes,
al bajo rendimiento escolar y a las
desaveniencias entre los padres.
·
El niño de 7 y 8 años sigue teniendo miedo a la
oscuridad, a los animales y a los seres sobrenaturales, y añade su temor a
hacer el ridículo por la ausencia de habilidades escolares, sociales o
deportivas.
·
De 9 a 12 años disminuye su miedo a la oscuridad
y a los seres imaginarios, pero ahora son especialmente sensibles al colegio
(exámenes, suspensos), a la aceptación social (integración en el grupo, aspecto
físico), a la soledad, a la enfermedad y a la muerte.
·
De los 12 a los 18 años predominan los miedos
que tienen que ver con las relaciones interpersonales y la pérdida de la
autoestima (Echeburúa, 1993; Méndez, Inglés e Hidalgo, 2002).
·
En general, los miedos físicos (animales,
tormentas, daño, etc.,) disminuyen, mientras que se acentúan los miedos
sociales (ridículo, rechazo, hablar en público, etc.) (Graziano, DeGeovanni y
García, 1979).
Estos miedos suelen ser
transitorios y de corta duración y son frecuentes en niños de las edades
comentadas.
Con la edad estos miedos suelen
disminuir, aunque en la etapa de los 9 a 10 años hay una tendencia a aumentar
el número de miedos. Además,
algunos resultados apuntan a un rebrote de los miedos entre los 11-13 años,
para descender posteriormente a partir de los 14-15 (Dong et al., 1994; Miller,
Barret y Hampe, 1974).
¿Por qué existe la tendencia a aumentar los miedos a la edad de 9 años?
La respuesta a esta pregunta nos
la da el desarrollo cognitivo, puesto
que con esa edad aparece el pensamiento lógico. El niño toma consciencia de los
peligros que lo rodean y se da cuenta de
que sus temores son cada vez más realistas.
En estas edades (9-10 años) se están
produciendo cambios a nivel neurológico
y esto provoca en su interior sentimientos y tensiones, a veces en grados fuertes.
Tienden a culpabilizarse en gran medida. Esto se plasma en sus miedos que suelen
aflorar durante la noche, a veces a modo de sueños, ya que es en los sueños donde
reflejan lo que durante el día puede haberle perturbado. Su vida emocional es
compleja y con bruscos cambios.
En esta fase, dada su enorme
emotividad, los conflictos entre compañeros e incluso la actitud del propio
maestro pueden derivar en profundas crisis, es por ello que es importante el
acompañamiento de los padres, maestros, educadores… para superar los miedos
propios de esta etapa para que vayan disminuyendo con el tiempo.
Cómo ayudarlos a afrontar el miedo
Es importante que seamos
conscientes de que por muy absurdos que nos parezcan sus miedos y los motivos que los originan debemos
validar sus sentimientos y evitar
frases del estilo: ¡eso no es nada! ¡Es una tontería! o ridiculizarlos por
sentir miedo. Es importante que entiendan que las emociones negativas son reales, y todo el mundo las siente en algún momento de
su vida.
A continuación detallo una serie
de pasos que puede ayudar a superar esos miedos a nuestros
pequeños, espero os sirvan de ayuda:
1.
Habla con el niño acerca de sus temores. Escucha
cómo se siente y valida sus sentimientos. Es importante que sepa que sentir
temor es algo natural. Asegura al niño que es normal sentir miedo, que tú
también lo sentías con su edad y explícale que hacías para superarlos. Ayúdale
a gestionar sus sentimientos, hazle preguntas para alejarlo del camino negativo
y a seguir por la ruta del optimismo. La validación de sus sentimientos es la
forma más segura de crear una sana autoestima.
2.
Hacer una lista de las situaciones temidas y
puntuar del 1 al 10 en función de la intensidad de miedo.
3.
Empezar por la situación que menos malestar le
produce. Acompaña al niño y encontrar herramientas
para que afronte sus miedos. (Por ejemplo, con el miedo a los monstruos podéis
buscar en los armarios y bajo las camas para que vea que allí no hay ningún
monstruo.)
4.
Si busca tu apoyo dáselo, incluso permítele que retroceda un poco y se muestre más dependiente
hasta que sea capaz de vencer sus miedos. No temas que no se volverá
dependiente permanentemente.
5.
En situaciones que veas que se ha mostrado sin
miedo y que sus temores no le han bloqueado refuérzalo por su valentía. Llenando sus miedos de amor y reforzándolo
encontrará las herramientas adecuadas para gestionarlo.
A medida que
vaya superando sus miedos (que será a un ritmo lento) házselo saber. Y cuando
vaya apareciendo nuevos temores recuérdale como fue capaz de superar los
antiguos temores. Así le habremos enseñado como vencer los miedos que vayan
surgiendo en su vida.
Si los miedos
persisten en el tiempo, causan malestar al niño o impiden su desarrollo normal
podría necesitar ayuda profesional.
Bibliografia
·
“Los
miedos en la infancia y en la adoloescencia, un estudio descriptivo” F.
Xavier Méndez, Cándido J. Inglés, Mª Dolores Hidalgo, José M. García-Fernández y Mª José Quiles. Revista electrónica de
motivación y emoción. ISSN: 1138-493X. Depósito legal: M-44928-1997. Volumen 6
numero 13.
·
“Diferencias
según la edad en la prevalencia e intensidad de los miedos durante la infancia
y la adolescencia: Datos basados en el FSSC-R” Rosa M. Valiente, Bonifacio
Sandín, Paloma Chorot y Aurora Tabar. Universidad Nacional de Educación a
Distancia. ISSN 0214 - 9915 Psicothema 2003. Vol. 15, nº 3, pp. 414-419